Utilizar ocho, placa o grigri

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Cómo muchas de las cosas que se comienzan por primera vez siempre nos encontramos con múltiples soluciones para un mismo tema. Al momento de dar seguro cuando hablamos de escalada, en mayor o menos medida se encuentra el ocho, la placa o el grigri.


El ocho se puede decir que fué el primer elemento que se ideó para dar seguro y/o hacer rapel entre las maniobras más populares. Hoy en día es un elemento que ha entrado en desuso superado ampliamente por la placa, por lo que no vale más que la simple mención.



La placa, a su vez las hay de algunas variantes en su forma. Las tipo canasta y las placas "con dientes" en reverso o simples. Las canastas son las más básicas y por ello su utilización es muy simple, para nada complicada. La sutil ventaja que tienen estas en comparación con las placas "de dientes" es el espectro de cuerdas con las que se puede utilizar. Tanto para diámetros pequeños cómo para las más gruesas. En un principio no suele ser una característica a destacar, pero vale la pena analizarlo desde el punto de vista de la vida de la cuerda. En los países donde la economía no permite comprar cuerdas nuevas constantemente, las cuerdas se amortizan en su máxima expresión y es por esto que va sufriendo una transformación. La transformación se sufre más que nada el el diámetro de la cuerda. A medida que pasa el tiempo con el uso la cuerda se ensucia, sea por la tierra y/o humedad, provocando un aumento en el diámetro de la misma.
Para las placas "con dientes" la amplitud de cuerdas que se pueden utilizar ya no es tan amplia. A pesar que muchas cubren las medidas más estándares, para determinadas cuerdas, luego de un tiempo de uso comienza a ser torpe su desempeño en la placa, sea para dar o tomar cuerda al estar asegurando. Algunos modelos de placas llamados reverso permiten dar seguro "desde arriba" dándole una función más a estos elementos.
La utilización de placa requiere prestar vital atención en donde se tienen las manos puestas. Una siempre debe estar firme en el cabo suelto y no muy cerca de la placa para que en caso de una volada no termine dentro de la placa pellizcando un dedo o el pellejo de la mano. Si en algún caso se suelta la cuerda, esta corre libremente si el escalador cae.


El grigri es muy llamativo a primera vista y tiene muy buena publicidad comercial. Su funcionamiento se basa en el mismo principio que el cinturón de seguridad de un auto. Al detectar que la cuerda comienza a deslizarse traba el mecanismo impidiendo que esta siga, bloqueando automáticamente. No hay que confiarse de la virtud automática de este dispositivo, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Desde la salida del grigri 2 que permite utilizar un mayor rango de cuerdas parece que la seguridad en altura va por este camino.
Pero el inconveniente que tiene el grigri, es tan simple como el sistema mecánico. Todo mecanismo para funcionar correctamente debe estas limpio, cuidado y en condiciones para poder desempeñarse cómo corresponde. Sabemos que a la hora de escalar estos factores no siempre se pueden contemplar, puede pasar que el día cambie, comience a llover la cuerda se moje y/o embarre, congele o cualquier otra circunstancia. En este caso el grigri va a traer más dolores de cabeza que soluciones y la mejor solución en estos casos va a ser una placa común.
Cómo el grigri funciona de manera automática da la sensación que no es necesario estar atento al escalador, pero todo lo contrario, es cuando hay que prestar más atención. Cómo el corte de este dispositivo es instantáneo el golpe que soporta la cuerda es mayor, repercutiendo en los puntos medios de anclaje y sobre el arnés del escalador, por lo que es recomendable dinamizar la caída, siempre que se pueda o tenga la caída suficiente.
En fin, la elección de los dispositivos de seguridad conlleva una evaluación anterior de para que lo queremos utilizar.

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