Bajando el Champaqui con mocasines

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Con solo leer el título de la entrada ya se estarán imaginando la situación. Resulta que para subir al Cerro Champaqui hay dos caminos, el fácil y el difícil por separarlos de alguna manera. El fácil es el camino conocido como Los Linderos que se sube por el filo del cordón montañoso que conforma el Cerro Champaqui y se puede llegar con casi cualquier tipo de vehículo motorizado y sin motor también, la bici llega si tus piernas dan para eso. El camino difícil es el que hicimos nosotros (unos héroes con placa de honor como quería Verdu) el típico trekking que hace mucha gente saliendo desde Villa Alpina.
Es por esto que cuando se llega a la cumbre uno espera estar solo con mucha tranquilidad, después de todo lo que caminaste se supone que no va a haber mucha gente. Tan así no es y menos en un día lindo, justamente mucha gente usa el camino de Los Linderos, para subir con su auto, que los deja a unos 40 minutos de caminata de la cumbre por un sendero sin mucha dificultad y como resultado se obtiene una cumbre llena de gente, 40 o 50 personas o más, capas que había el día que nosotros subimos. Todo tipo de edades y estados físicos, desde chicos de 10 años hasta lo que lleguen para arriba.
Por eso después de estar un rato en la cumbre con toda esa gente emprendimos la vuelta por el mismo camino que habíamos llegado. Los que fueron por el camino desde Villa Alpina sabrán que el último tramo de la subida al Cerro Champaquí es pura piedra con tramos bastantes inclinados y otros de muchas piedras sueltas. Apenas habíamos salido eran como las 2 de la tarde, volvíamos temprano para poder pasar por algunos piletones que habíamos encontrado a la subida, que ya nos habían dicho por donde buscarlos y  estan muy buenos para descansar un rato.

Apenas salimos de vuelta un señor le pregunta a Verdu, "Estamos bien por acá, no??", Verdu concentrado en su camino y sin prestar mucha atención le contesta que si y señala para abajo. Al rato de bajar unos cuantos metros me vuelvo a encontrar el señor y cuando le presto un poco más de atención tenía cara de estar medio perdido. No solo eso si no que estaba con una camisa suelta, bermudas, mocasines y una botella de agua saborizada por la mitad. Ahí fue cuando me cayo la ficha, ¿Este tipo se había caminado todo esto con mocasines? ¿De donde saco el agua saborizada?. Lo miré por un momento y me volvió a preguntar, entre respiraciones, se notaba que estaba cansado, "¿Por donde sigue el camino?". No me gusta responder preguntas con preguntas pero aveces las situaciones lo ameritan. ¿Qué camino estas buscando?¿Vos viniste en auto? Algo así fueron las dos preguntas que le hice una seguida de la otra antes de que pueda contestarme. Tras un esperado si! de su parte Josecito ya venía escuchando la conversación fugaz y nos miramos con un gesto de ¡Está re perdido!. Giré un poco más la cabeza para intentar ver la cumbre y ya se veía lejos, así que le apunte con la mano. "Allá esta la cumbre, tiene que volver a subir, este camino es para bajar a los refugios.". Después de poner una cara de desilusión terrible que se arrastraba por el piso "¿Y por donde subo?", la respuesta más simple y esperada, "Por el mismo camino hasta la cumbre, después tenes que ir para las antenas que se ven allá, pero de acá derecho no hay nada".
Antes de dejarlo partir, Josecito le pregunta cuanto había tardado en llegar a la cumbre desde donde dejó el auto y después de un cálculo rápido le dijimos que tenía bastante tiempo de luz y que valla tranquilo, porque se lo veía muy agitado. Sin más lo vimos partir de nuevo por el camino que nosotros habíamos dejado atrás.

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